La salmonicultura se posiciona como la segunda área productiva más importante del país. En este escenario, La Araucanía juega un rol fundamental en el área ya que -a juicio de los expertos – es “la maternidad de la salmonicultura nacional”.
En la actualidad, la salmonicultura es una industria consolidada en nuestro país, generando tres mil quinientos millones de dólares y 40 mil empleos directos, transformándose de esta forma en una de las principales industrias para la economía del país, situándose luego de la minería.
El rol de La Araucanía en este escenario es fundamental, ya que es considerada como la maternidad de la salmonicultura chilena puesto que se estima que el 60% de los peces requeridos para esta industria, en alguna de las etapas tempranas de desarrollo, permanecen en la región. La importancia de este antecedente radica en que es en las etapas embrionarias y larvales donde se define la calidad del pez y se determina la capacidad de tolerar las condiciones de cría, que implican altas densidades, ataque de agentes patógenos y depredadores, traslados y un permanente manejo, que implica graduaciones, vacunas, desinfecciones, entre otros impactos directos que exponen a los especímenes a un alto nivel de estrés. Estas condiciones han generado una pérdida en la calidad de los gametos obtenidos y además, con mayor frecuencia, asociada a altos niveles de malformaciones de embriones y larvas.
En este contexto, el Dr. Iván Valdebenito, perteneciente al grupo de investigadores de producción animal acuática del Núcleo de Investigación en Producción Alimentaria de la UC Temuco, está desarrollando el proyecto CONICYT Vinculación Ciencia Empresa denominado “Red de investigación para el estudio de la pérdida de calidad de gametos en salmónidos en la Región de La Araucanía y la formulación de estrategias para su mitigación que mejoren la sustentabilidad de la industria” con el fin de abordar este problemática y proponer soluciones efectivas para este sector productivo.
Comenta el Dr. Valdebenito que “hemos visto este último tiempo, a raíz de todas las exigencias de bioseguridad para manejar los reproductores de una manera que no es natural para los peces, que reduce la fertilidad y aumentan las malformaciones embrionarias. Producimos lo que se necesita, pero para eso necesitamos un mayor número de peces, entonces si antes necesitábamos mil peces para producir lo que necesita mi empresa, ahora necesito 1200 o 1300” concluyó.
ROL REGIONAL Y COMPROMISO UC TEMUCO
Se estima que por la región nacen y/o pasan cerca de 600 mil millones de embriones de salmónidos entonces, “si yo mejoro el manejo que hago con los reproductores voy a tener mayor fertilidad, reduciré las malformaciones y obviamente necesito menos peces que estén en nuestras aguas. Tendré menos impacto ambiental también porque hay menos alimento, menos excremento y antibióticos depositados en las aguas” comentó el experto.
El medioambiente donde son criados los peces también es relevante a la hora de analizar costos y calidad. Comenta que la crianza en el mar es considerablemente más barata y además se hizo una revisión de larvas provenientes de reproductores criados en agua de mar y de ellas el 8% tenía algún tipo de malformaciones versus el 28% de malformaciones en larvas provenientes de reproductores criados en agua dulce.
Desde el proyecto y en conjunto con la industria acuícola y la UC Temuco, se está trabajando directamente con el mundo empresarial del rubro, con la finalidad de aportar científicamente en las mejoras de crianza y producción de alta calidad. “Durante 32 años hemos desarrollado estudios en la reproducción de peces, particularmente de salmónidos, por lo tanto, hemos estado como Universidad siempre involucrados tratando de colaborar con la empresa para que ayudemos a solucionar los problemas actuales” puntualizó Iván Valdebenito.
Consultado por la crisis que afectó la industria el año 2008, el Dr. Valdebenito comentó que “está superada pero con una serie de normas, dentro de esas normas afecta a los reproductores porque antiguamente los reproductores se llevaban al mar a que maduren sexualmente y cuando lograban su madurez se trasladaban al agua dulce. Entonces, para evitar que se propague masivamente este virus hay una serie de medidas sanitarias que están cumpliendo su función, ya se estabilizó la industria, pero el virus está ahí y hay que mantenerlo controlado, concluye el investigador.