En el año 2014, la académica de la Escuela de Ingeniería de Procesos Industriales de la UC Temuco, Dra. Ximena Petit- Breuilh, se encontraba cultivando microalgas con alto contenido en ácidos grasos para la producción de biocombustibles cuando observó el potencial de estos microorganismos para producir ácidos grasos omega-3. Es en el 2016, cuando la investigación se desvía para realizar el proyecto FONDEF IT14I10067 “Paquete tecnológico para producir DHA+EPA a partir de microalgas”, y así crear un alimento saludable de bajo costo, que permita su uso en nutrición humana con alto interés en nutrición animal acuática.
Características de las microalgas cultivadas por la UC Temuco
Las microalgas son microorganismos que en general utilizan el CO2 y energía solar para reproducirse, de hecho en el norte de Chile actualmente existe una empresa que produce biomasa de microalgas con esta forma de producción autótrofa. Sin embargo, las microalgas que cultiva el equipo de la UC Temuco se alimentan con subproductos de la industria alimentaria y en ausencia de luz, en un sistema heterótrofo.
“En el desierto de Chile existe un gran potencial energético que proviene de la luz solar, sin embargo en la Araucanía este recurso es más escaso e inconstante”, señaló la Dra. Ximena Petit- Breuilh, directora de este FONDEF, por lo que el desafío era utilizar otras fuentes de energía basadas en fuentes de carbono y nitrógeno, encontrados en líneas secundarias de la industria pesquera, azucarera, láctea y cervecera.
¿Por qué generar DHA?
Los ácidos poliinsaturados de cadena larga son de considerable interés comercial debido a sus benéficas propiedades para la salud humana. El DHA (22:6) es el ácido docosahexaenoico y corresponde a la grasa estructural más importante del cerebro y la retina, el DHA es al cerebro lo que el calcio es a los huesos. Numerosos estudios clínicos han demostrado que el DHA ayuda a prevenir enfermedades del corazón, osteoporosisis, degeneración macular, inflamación de articulaciones, esquizofrenia, depresión, enfermedades del intestino inflamado, sobrepeso, hiperactividad, déficit atencional, etc.
El mercado mundial de productos de omega-3 EPA/DHA establece claramente las oportunidades de esta industria que ha crecido explosivamente, pero cuyo mercado todavía está lejos de alcanzar la madurez. La principal materia prima para los omega-3 es el aceite de pescado, sin embargo, la oferta mundial del aceite de pescado es limitada y las nuevas necesidades emergentes de omega-3 hacen que los mercados estén compitiendo con la industria de la acuicultura por este valioso recurso. Las microalgas podrían ser el reemplazo de la actual fuente de DHA.
“Los océanos cada vez más contaminados traspasan los metales pesados a la materia grasa de los peces, por lo tanto los aceites de pescado hoy día tienen cierta probabilidad de contener metales que las industrias deben eliminar a través de sofisticados procesos. Entonces, el producir microalgas en ambientes controlados, y en biorreactores cerrados, se elimina la probabilidad de este tipo de contaminación”, explica la Dra. Petit- Breuilh.
Método de producción: Biorreactores. “En Chile no existe ninguna industria de este tipo”
Es así como un proyecto FONDEF de biodiesel basado en la producción de microalgas con alto contenido en ácidos grasos permitió generar otro proyecto FONDEF orientado en satisfacer el mercado de los omega-3, comenzando por incorporar las microalgas con alto contenido en DHA, en las dietas de peces.
Al respecto, la académica de la Escuela de Ingeniería de Procesos Industriales afirma lo anterior: “hoy día la industria acuicola está observando esta tecnología porque ya la hemos llevado más allá del laboratorio, es decir, la escalamos en una planta piloto con fines de investigación en la Universidad Católica de Temuco, compuesta por biorreactores de 200 litros, y además, recientemente, se ha terminado de construir y montar una planta piloto demostrativa de 2 mil litros en una fábrica industrial en Calbuco.
El objetivo es validar lo que ya obtuvimos en la escala de 200 litros, con miras a concretar una transferencia tecnológica. Cabe señalar que en Chile no existe ninguna industria de este tipo, destacó la Dra. Petit-Breuilh.
Transferencia Tecnológica: De Temuco al mundo
La Oficina de Transferencia Tecnológica y Licenciamiento de UC Temuco es un proyecto dependiente de la Dirección de Innovación y Transferencia Tecnológica, liderada por Jaime Quilaqueo, y que ha desempeñado el rol de acompañar, guiar y asesorar a académicos y estudiantes en sus proyectos de investigación para luego transferir sus tecnologías con éxito fuera de la Universidad.
En sus palabras, el director de Innovación y Transferencia Tecnológica, Jaime Quilaqueo, señala que “como OTL ha sido un trabajo muy importante haber apoyado el desarrollo científico del equipo de investigación de la Dra. Petit-Breuilh. Cuando empezamos a trabajar con ella, el año 2014, su orientación estaba hacia el desarrollo de Biodiesel después el equipo evolucionó hacia una línea de investigación que tuviese como foco la producción de alimentos saludables, esto tanto por las prioridades del sistema nacional de ciencia y tecnología donde Chile es una potencia agroalimentaria, como también de las tendencias internacionales, recordó el director.
Respecto al término del proyecto, comentó que “se ha elaborado una estrategia de transferencia tecnológica, la cual contempla la propiedad industrial de los resultados de investigación, como también los pasos a seguir para transferir de forma efectiva los resultados al mercado”, precisó Quilaqueo.
Por último, el producto final que hoy día plantean es el tener una microalga liofilizada (secado sin calor), un polvo de algas y un aceite. “Hemos probado distintas técnicas ,estamos innovando, y ese aceite crudo tiene un contenido alto en DHA, más que lo que se puede encontrar en el mercado. Esto puede servir de alimento tanto para los animales como para los humanos, no obstante para entrar en un mercado de alimentación humana se requiere superar algunas barreras y otro tipo de estudios adicionales”, concluyó la Dra. Ximena Petit-Breuilh.